Llamo pequeños triunfos a esos sucesos cotidianos que te sacan sonrisas y un baile de victoria mental. No son tan grandes como ganar la lotería o una bonificación en el trabajo, pero por unos minutos son la gratificación de las 'luchas' que se llevan a cabo en las habitaciones que dia a dia recorremos. Cuando hablo me habitaciones me refiero aquellas sobre las que hablaba el doctorisimo Gregory House, esos momentos que compartimos con conocidos o desconocidos y que tienen un tiempo y lugar especifico.
Los pequeños triunfos son mas usules de los que pensamos, pero como son pequeños tienden a perder rapidamente su valor, siendo sin embargo ellos la salesita que nuestra vida necesita.
El tema nace porque hoy yendo al trabajo, tomé la ruta usual, Urba Playa, la cual siempre va llena a dicha hora; el chofer casi no me espera y me tocó subir por la parte de atras, lo cual honestamente detesto. La razón es simple, mi recorrido no es muy largo y podria quedarme sin pagar el bus, y la culpa no me deja quedarme asi. De manera que, con mi mochila un poco llena me di el trabajo de pasar entre todas las personas que estaban de pie hasta el torniquete, lo cual me tomó un poco mas de tres minutos de incomodidad. Una vez recibí mi cambio, ocurrió, una señora dejó su puesto vacio justo en frente, y yo, la que habia subido de ultima y pasó de atras hacia delante en medio de una corriente de cuerpos encontró la comodidad sin quererlo.
Y he allí, una sonrisa, un hell yes mental, un pequeño triunfo.
Dia a dia tenemos varios, tomar a tiempo el último servicio de una ruta, encontrar la última edicion de un libro de estudio en la biblioteca, llegar a tiempo a pesar de haber salido tarde, encontrar un billete grande en un bolsillo olvidado, que te den una ración extra en el pedido que hiciste, que una reservación en cine se caiga en el justo momento que compras las boletas y quedes con los mejores puestos de la sala, que la boleta de Iron Maiden te cueste la mitad un dia antes del concierto, etc.
Los pequeños triunfos existen, he vivido muchos, y estoy segura que tu tambien los has vivido.
La idea para no sonar tan Coehlesca es la siguiente, disfrutarlos, apreciarlos, y darles la importancia que no les damos, o simplemente recordarlos una vez termine el dia, un dia en el que tal vez lo que quisiste que se diera, no se dio y dejas que todo se derrumbe.
En nuestras manos está que estos sean algo mas que pequeños... triunfos.
Despertar esa conciencia sobre los pequeños triunfos cotidianos, no es fácil. Me gustó mucho el tema de estas líneas, porque me cayó al cogote: casi no valoro los detalles que encierran las pequeñas victorias que hacen un día interesante.
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