Uno me brinda la sensación de que me necesita,
que nadie mas comprende lo que siente,
lo que vive,
lo que sueña,
lo que teme.
Lo chistoso es que hago todo lo contrario,
porque no entiendo nada de lo que pasa por su cabeza.
Sus indirectas, sus silencios, sus escapes,
sus ausencias, sus altos y bajos.
Sus si(s) y no(s),
sus no me importa.
Otro me brinda una ilusión,
de que todo puede ser rock n' roll y diversión.
Es animado, es alegre, es ''entrador', es cool,
es sexy, es espontaneo y seductor.
Pero sigue siendo una ilusión,
lejana y confusa,
porque debajo de toda esa pompa,
hay alguien que también se siente vulnerable y herido.
Otro me brinda cariño, afecto y mimos.
Siempre ha sido así.
Aunque a veces siento que me mitifica,
que me sube en un pedestal que no le permite ser quien es,
conmigo.
Aunque el también es un mito, un mito para mi,
pues lo siento perfecto, a pesar de las millas.
Los tres me brindan sueños diurnos,
de esos que llenan los momentos de silencio entre el trabajo y la casa,
o aquellas pausas después de cenar o mientras miro por la ventana.
Pero son solo eso:
provocaciones distantes,
provocaciones casuales,
provocaciones inverosímiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario