Primera vez

Tenia 17 años.

Era su primera vez en una ciudad lejana, por si sola, con algo de miedo y extremadamente ansiosa. Concertó la cita que esperaba desde hace un par de años, por fin era realidad, y a pesar de todo lo que recorrió una hora le pareció exagerada.

Un tanto temblorosa por el frio que recorria su cuerpo decidió entrar al museo. Este era su tipo de plan y sin embargo no pudo disfrutarlo bien, deseaba que el tiempo pasase volando, miraba el reloj de los que estaban cerca, el suyo propio y no parecia encontrar calma.

Cada cuarto que recorria traia consigo una nueva experiencia y un nuevo sentimiento, cada piso que subia parecia ahogarla mas. Cuando llegó al último, la rotonda, no podia contener su alma inquieta, y frente a una naranja gigante lloró en silencio, estaba dentro y aun sentia frio. Secó sus lágrimas aunque estas seguían brotando, hasta que por fin sintió la vibración y con ella el mensaje -Estoy aquí.

Mirando la naranja nuevamente se sintió un poco tonta, había estado frente a este cuadro durante mas de diez minutos y ahora corria escaleras abajo flotando en el tiempo. Mientras la veían de manera extraña por correr donde no se debía ella sonreía. Sonreía ampliamente. Su corazón estaba loco, palpitaba a mil, y ella seguia corriendo. Seguia flotando entre todos, tumbandolos un poco hasta que encontró la salida....y frenó en seco.

El momento que tanto había esperado era una realidad, estaba a unos metros y no sabia que hacer, que decir, como explicar sus mejillas rojas por la sangre que circulaba sin cauce.

Dudó un momento pero recordó la hora interminable que pasó en dicha carcel y siguió su paso.

Lo vio entre los arboles, vestido de negro, alto y delgado. Ella se sintió chistosa, todo esto parecia una película, se decía para sus adentros. El sonrió timidamente, se saludaron de manera torpe, estaban por fin frente a frente.

Un par de extraños.

Juntos. Por un momento.

Un instante. Efímero. Corto.

Invaluable.