lunes, 10 de septiembre de 2012

Cien años de soledad: Fragmento - Amaranta Buendia




La primera vez que él la vio, lo único que le llamó la atención fue la profunda depresión entre los senos. Era entonces tan inocente que preguntó qué le había pasado, y Amaranta fingió excavarse el pecho con la punta de los dedos y contestó: «Me sacaron tajadas y tajadas y tajadas»

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