Eso que llaman destino no existe.
Me rehuso a creer en ello.
Existimos y eso es claro y palpable.
Tu boca,
la mia,
las palabras que decimos,
las que callamos.
Tus miedos,
tus errores,
mis inquietudes
e inseguridades.
Esa ultima ofensa expresada
y este ultimo trozo de paciencia.
Somos actores
y estamos perdiendo audiencia.
Nuestro guión se ha desgastado,
y mi garganta seca no quiere proferir mas clisés.
Tus ojos están cansados,
desvían mi mirada.
Estamos cerca y no hablamos;
sin embargo nuestro silencio evidencia la gran distancia que nos separa.
¿A donde quedaron aquellas tardes de confianzas?
¿Donde están las noches entre sabanas revueltas?
¿Por que tus labios ya no tocan los míos con dulce y cálida pasión?
Estamos enfermos,
nos falta amor,
ya nada queda.
Te miro por ultima vez,
busco tus manos y están frías,
me siento extraña,
te siento extraño,
solo hay vacío.
Contengo las lágrimas,
y por fin pronuncio las ultimas palabras,
te digo adiós,
te dejo ir.
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