domingo, 4 de septiembre de 2011

Ella



Ella no llora mas.
Las lágrimas derramadas cumplieron la cuota de esta temporada.
Ella mira perdidamente el vacio de su cuarto,
y siente de nuevo
que ha perdido una batalla.

Ella sin embargo,
no se siente una victima,
mas bien la culpable de su propia condena.

Ella no ha sido sabia,
ella adora errar,
equivocarse y decir
que siempre le pasa todo lo malo del mundo.
Que no es linda,
que no es fuerte,
que no es suficiente.

Ella adora escucharse decirlo,
ella adora la triste simpatia,
el dolor,
y la mirada lastimera de quienes la rodean.

Es su espectaculo
y sabe vender las entradas.
Ella es la directora
de su propia desgracia.

Ella quiere cambiar
pero se rehusa a sacrificar
lo que mas guarda con decoro,
ella odia no tener el control.
Ella odia no dejarse llevar,
ella odia una vida sin planificar.
Ella odia pensar que el destino,
o que otro pueda dar el primer paso.
Ella debe saberlo,
ella debe orquestrarlo,
ella debe adelantarse
a la felicidad y a la desdicha.

Ella es una niña.
De esas que nunca aprendieron a compartir los juguetes.
De esas que todo lo tuvieron,
para perderlo en un instante
y jamás logró recuperarse.

Ella quiere correr,
ella quiere gritar,
pero sigue quieta.
Ella quiere cambios,
pero les teme,
ella quiere madurar
pero por cada acto adulto
hace tres infantiles.

Ella
no
tiene
idea
sobre
su
futuro
y
siente
miedo.

Ella hoy no sabe nada.
Y no quiere saberlo,
ella muerde sus labios
y planea su fuga.

Si su plan maestro no funcionase,
si el espectaculo falla,
de nuevo,
otra vez,
quedará sin nada.


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