No existe agosto,
lo digo con conocimiento de causa.
No hay promesas cumplidas,
solo esperanzas rotas.
No hay inviernos calidos,
solo frio punzante.
No hay primaveras de ensueño,
solo una ciudad humeante.
No hay sonrisa,
solo una bocina en la calle.
No hay hombro,
solo una pared fria.
No hay risa,
solo el eco de la mia.
No existe agosto,
ni siquiera en mi poesia.
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