La que murió de su vestido azul está cantando. Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad. Adentro de su canción hay un vestido azul, hay un caballo blanco, hay un corazón verde tatuado con los ecos de los latidos de su corazón muerto.
Expuesta a todas las perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada que es ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre la sed y la mano que busca el vaso. Ella canta.
De tanto en tanto ciertas canciones me sujetan, se apoderan de mi por así decirlo. Me cuesta explicar o comprender por qué una canción que recién escucho o descubro empieza a apasionarme de manera cuasi compulsiva, convirtiendose de inmediato en el soundtrack de una semana (en el mejor de los casos) o el de varias.
La canción que actualmente me sujeta (cual gran Otro) es Hyperballad de Björk. La escuché por primera vez por un link que @Diergov publicó en su perfil de facebook; era sin embargo el cover que hizo Robyn de dicha canción, no la original.
Y sobra decir que me capturó de inmediato. Esto ocurrió hace un par de meses, pero aun hoy sigo escuchandola. A veces escucho el cover una y otra vez, otras veces la versión original o en vivo que hace Björk. Comparto las versiones que escucho (casi que a diario). Espero les gusten.