domingo, 17 de marzo de 2013

"Lo que estructura el deseo" Dirección de la cura, fragmento. Jacques Lacan

Articulamos sin embargo lo que estructura al deseo. 
El deseo es lo que se manifiesta en el intervalo que cava la demanda más acá de ella misma, en la medida en que el sujeto, al articular la cadena significante, trae a la luz la carencia de ser con el llamado a recibir el complemento del Otro, si el Otro, lugar de la palabra, es también el lugar de esa carencia. 

Lo que de este modo al Otro le es dado colmar, y que es propiamente lo que no tiene, puesto que a él también le falta el ser, es lo que se llama el amor, pero es también el odio y la ignorancia. 

Es también, pasiones del ser. Lo que evoca toda demanda más allá de la necesidad que se articula en ella, y es sin duda aquello de que el sujeto queda privado, tanto más propiamente cuanto más satisfecha queda la necesidad articulada en la demanda. 

Más aún, la satisfacción de la necesidad no aparece allí sino como el engaño contra el que se estrella la demanda de amor, enviando al sujeto al sueño donde habita el limbo del ser, dejándole en él hablar. Pues el ser del lenguaje es el no ser de los objetos, y que el deseo haya sido descubierto por Freud en su lugar en el sueño, desde siempre escándalo de todos los esfuerzos del pensamiento por situarse en la realidad, basta para instruirnos. 

Ser o no ser, dormir, soñar acaso, los sueños aparentemente más simples del niño ("simple" como la situación analítica sin duda), muestran simplemente objetos milagrosos o prohibidos.

domingo, 10 de marzo de 2013

Rayuela: Capitulo 84 (Fragmento)



"Y así, de feuille en aiguille, pienso en esos estados excepcionales en que por un instante se adivinan las hojas y las lámparas invisibles, se las siente en un aire que está fuera del espacio. Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a
lo llamaré paravisiones
es decir (lo malo es eso, decirlo)
una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano,
como si fuera alguien que me está mirando
(mejor todavía —porque en realidad, no me veo— : como alguien que me está viviendo).

No dura nada, dos pasos a la calle, el tiempo de respirar profundamente (a veces al despertarse dura un poco más, pero entonces es fabuloso)
y en ese instante sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar ese defectividad que aprehendí en el instante y que era clara ausencia o claro error o clara insuficencia pero
sin saber de qué, qué.

Otra manera de tratar de decirlo: Cuando es eso, ya no estoy mirando hacia el mundo, de mí a lo otro, sino que por un segundo soy el mundo, el plano de fuera, lo demás mirándome. Me veo como pueden verme los otros. Es inapreciable: por eso dura apenas. Mido mi defectividad, advierto todo lo que por ausencia o defecto no nos vemos nunca. Veo lo que no soy. Por ejemplo (esto lo armo de vuelta, pero sale de ahí): hay enormes zonas a las que no he llegado nunca, y lo que no se ha conocido es lo que se es. Ansiedad por echar a correr, entrar en una casa, en esa tienda, saltar a un tren, devorar todo Jouhandeau, saber alemán, conocer Aurangabad... Ejemplos localizados y lamentables pero que pueden dar una idea. (¿una idea?)

Otra manera de querer decirlo: Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva que como una mera falta de experiencia. Realmente no me aflige gran cosa no haber leído Jouhandeau, a lo sumo la melancolía de una vida demasiado corta para tantas bibliotecas, etc. La falta de experiencia es inevitable, si leo a Joyce estoy sacrificando automáticamente otro libro y viceversa, etc". 

Julio Cortazar 

domingo, 3 de marzo de 2013

Mnemósine

http://joanneyoung.deviantart.com

A ti querida,
te dedico estos versos,
amargos,
vacíos,
o tal vez llenos,
de rencor y ternura.

A ti querida,
verdugo,
te dedico unas cuantas lágrimas,
y uno que otro insulto.

A ti amada,
te aprecio y desprecio.
A veces olvido lo mucho que me dueles,
pero te haces presente con algo,
pequeño, grande, indivisible.

No me dejas descansar,
siempre eres tú vencedora,
y ¿a quien puedo culpar?
soy yo quien te alimenta,
soy yo quien te hace grande,
soy quien te hincha de sentimientos y detalles
que luego me carcomen.

Lo siento amada,
siento mi impertinencia,
soy lo que soy gracias a ti
o ¿será lo contrario?

Disculpa mi duda,
disculpa mi tristeza,
disculpa mi desamor,
disculpa mi desaliento,
disculpa estar aqui,
delirando desesperada,
susurrando maldiciones a diestra y a siniestra,
buscando culpables,
buscando castigo,
buscando sentir algo diferente.

Disculpa querida,
disculpa,
duerme por favor,
deja que duerma un poco también.




viernes, 1 de marzo de 2013

"One Of The Boys"


Si tuviera que escoger un número limitado de álbumes para escuchar por el resto de mi vida, One of the boys, el álbum debut de Katy Perry salta a mi mente en cuestión de segundos. Insisto en que mi gusto músical es mas diverso que la flora y fauna del país en el que nací y no temo ser exagerada, para la muestra justo esta perla. 

Escuché a Katy Perry a finales del 2008. I kissed a girl era el hit del momento, y poco a poco sus canciones empezaron a rotar en la radio americana haciéndola cada vez mas conocida. Mi primer contacto con ella fue a través de Aguas, la cual, a lo largo de nuestra amistad, me ha presentado cualquier cantidad de artistas, y, un buen par se han quedado por largo rato. Descargué el álbum y lo escuché de cabo a rabo; es travieso, entretenido, y se disfruta. Es una perfecta mezcla de baladas y canciones que te hacen bailar, es lo que se supone que es el pop y más. 

Katy se ha convertido en un fenomeno de la música, su segundo álbum alcanzó mas sencillos en el primer lugar de la Billboard que los mismísimos Beatles. Cuenta en su haber con una película, dos perfumes, un excelente saldo de presentaciones y premios, y sobre todo el reconocimiento de ser un icono del momento.   

Sin embargo esta entrada tiene que ver con la magia que representa este álbum para mi.
Justo cuando atravesaba un cambio personal en el cual mi auto percepción tuvo un giro de 180º, conté con elementos tales como la música que escuchaba (Madonna, Lady G, etc) y este álbum en particular, para permitirme explorar ese lado de una Andrea femenina y hasta coqueta (sin dejar de ser fuerte) por el cual nunca preferí inclinarme.

One of the boys refleja a mi juicio un cambio, una vuelta de tuerca, una sacudida y una decisión. Canción a canción se enlazan viejas heridas, miedos y malas experiencias, pero ante todo un aprendizaje que permite seguir adelante. 
No será la joya músical, el please please me de los Beatles, pero es divertido e inolvidable. Y reitero lo anterior porque amo todas las canciones y sus letras; como dicen vulgarmente: "no hay presa mala". 

Aqui les dejo el álbum completo, espero lo disfruten.